lunes, 26 de agosto de 2024

Dolomitas día 8. El Reino del Gigante Baranci y Tre Cime di Lavaredo

El plan para hoy, como siempre, era intentar madrugar para ir a Tre Cime di Lavaredo. Pero entre recoger, hacer fotos a los animales, cargar la furgoneta, atar a los niños a sus sillas, despedirnos de Cris y Pilar, y de ir a comprar un poquito de fruta, pan y embutido a la única tiendita abierta en domingo de la zona, se nos ha pasado la hora. Ya no íbamos a llegar a una hora decente para poder subir al aparcamiento y no merecía la pena comerse un atasco porque sí.


Fotógrafos oficiales


Posando con la vaca

 
Pavo y gallinas

Improvisando un poco decidimos ir al Reino del Gigante Boranci, en San Cándido, una zona infantil en medio de la montaña en un lugar espectacular donde nos lo pasamos muy requetebién.
Para acceder a esta zona había que coger una silla de estación de esquí, no estábamos seguros si podrían subir los bebes, pero sí, sin problema. Compramos los tickets, cogimos un mapa y subimos. La silla era de 4 plazas, así que Manuela subió con Samu y con Dani, y yo con Álex, que iba en la mochila grande de porteo. 

Subiendo hacia las montañas
 
Álex disfrutó más esta subida

Ya arriba llegamos a un restaurante con una zona con muchas atracciones para los niños. Empezamos andando un poco para hacer hambre y conocer al gigante Boranci. Una ruta circular por la que ibas pasando por diferentes objetos del gigante, como los cubiertos con los que comía, el caldero donde cocinaba o sus gafas.


Los cubiertos del gigante
 

Siguiendo el camino
 

Las gafas del gigante
 

Vistas hacia Tre Cime di Lavaredo

Al terminar la ruta y tras comer rápidamente un bocadillo fuimos a descansar y a remojar los pies a unas pequeñas piscinas que en realidad son las huellas del gigante! El agua estaba megafría, pero hacía muy bueno.

Zona de las huellas piscinas

 Remojándose
 
 
Descansando
 
Ahora tocaba un poco de diversión. Había un par de atracciones para los niños, una pista artificial para tirarte en trineo y un tobogán para tirarte con un flotador como los de los parques acuáticos. Estos se lo pasaron genial y nosotros nos reímos bastante viéndoles.
 
Zona de diversión
 
Dani frenando el trineo
 
Dani en el donuts
 
Samu en el donuts

Ya tocaba bajar, Samu y yo habíamos decidido bajar en Funbob, una especie de montaña rusa que va por un rail y que vas controlando tu la velocidad con una palanca. 1700 metros de longitud para bajar algo más de 300 metros de desnivel. El problema que había mucha cola y nos tocaba esperar un buen rato, así que nos fuimos a la cafetería a tomarnos un helado para hacer más fresquita la espera. A la hora estimada nos llegó el turno de bajar. Seguía habiendo bastante cola, pero avanzaba más o menos rápido, pero cuando nos montamos en el carro y nos pusimos los cinturones, eso se paró. Igual estuvimos veinte minutos esperando a que se pusiera en verde el semáforo para poder empezar. Por fin nos dio la salida y pudimos salir. Si hubiera sido por Samu no habríamos frenado ni una sola vez, le encanta la adrenalina tipo montaña rusa. Bastante divertido, nos lo pasamos genial. Ya al bajar nos contó Manu el por qué habíamos tardado tanto en salir. Parece que había una persona que debió de bajar cagada de miedo e iba a 0 por hora e hizo una cola gigante de carros, por suerte no nos pilló el atasco hasta el final ya abajo.
 
Tomando un heladito
 
Dani bajando en la silla
 
Preparados para tomar la salida
 
Ya abajo
 
Un poquito de conducir después, llegamos al aparcamiento del refugio Auronzo en Tre Cime de Lavaredo, una de las rutas más visitadas de los Dolomitas. Ya eran las 17:00 y aquello estaba vacío, aparcamos justo en el refugio desde donde salía la ruta. Esto por las mañanas debe de ser como la calle Preciados en Navidad. Fue en este preciso momento, al final del viaje, cuando descubrimos el truco de Dolomitas. Hay que hacer las cosas a deshora, aquí la hora punta es de 9:00 a 16:00, si llegas antes o después no tienes ningún problema de gente ni de aparcamiento y puedes disfrutar más de los sitios populares y el resto del tiempo lo dedicas a puntos menos turísticos como lo que hemos hecho por la mañana.
 
Aparcamiento del refugio de Auronzo
 
Perecilla de empezar
 
Vistas el valle

No era una ruta demasiado larga pero estamos ya cansados de todo el día haciendo cosas y de la paliza que se nos iba acumulando de viaje. El primer tramo hasta el refugio de Lavaredo es una pista ancha sin prácticamente nada de desnivel con vistas espectaculares hacia el valle a mano derecha y a la izquierda, las tres gigantes cimas. Para llegar al otro lado de las Tre Cime di Lavaredo y ver la cara más fotogénica de estas, hay que subir a un collado con ya una pendiente más pronunciada. A paso de niño se nos iba a hacer tarde, y hacía viento y frío, así que los niños se quedaron con Manu en el refugio Lavaredo y yo me subí corriendo al collado para ver esta maravilla de la naturaleza. Ya que había llegado hasta allí, merecía la pena el esfuerzo aunque fuera para una vista panorámica exprés.

Las Tres Cimas desde el refugio Lavaredo

Las Tres Cimas desde el collado
 
Panorámica de las Tres Cimas desde el otro lado 
 
Tre Cime di Lavaredo

Foto de familia a la vuelta
 
Ruta terminada en el refugio de Auronzo

En cuanto bajé retomamos el camino de vuelta a la furgo ya todos muy cansados deseando llegar al próximo alojamiento que por suerte estaba a muy poca distancia de allí, en el lago Misurina. Es unos de los alojamientos más costosos del viaje, esta zona es sin duda la más cara de Dolomitas es una barbaridad. Llegamos al atardecer al apartamento así que pudimos disfrutar de los últimos rallitos de sol para ver el lago desde el balcón de nuestra habitación. Lo que más les gusto a los chicos fue que nos dejaron zapatillas de andar por casa.

Carreteras de Dolomitas
 
Nuestro balconcito
 
 
Pelea de zapatillas.......
 
Vistas desde la habitación

Cena en el propio hotel y a descansar. Mañana último día en las montañas de los Dolomitas.

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