domingo, 2 de noviembre de 2014

Recogiendo manzanas

Para el fin de semana pasado teníamos ya un plan en mente, recoger manzanas. Si esta misma actividad la hubiéramos realizado en Madrid, seríamos las personas más modernas del mundo y posiblemente crearíamos una nueva moda, pero aquí es algo de lo mas rural.

Aquí, en nuestra zona, es típico este tipo de recolección personal, divertida, ecológica y, sobre todo, barata para el agricultor.
No recuerdo si he escrito sobre esto alguna vez en el blog, pero bueno lo repito en caso afirmativo.
En nuestro pueblo por ejemplo tenemos dos cosas para recolectar.
Las flores. A partir de la primavera y hasta finales de verano empiezan a florecer los tulipanes, gladíolos, girasoles y algún otro tipo de flor. El sistema es muy sencillo, a la entrada de la plantación hay una tabla con los precios, un cuchillo y una hucha, sólo tienes que adentrarte entre las flores, elegir las que más te gusten, cortarlas y echar las monedillas en la hucha. Hay de todos los colores y tamaños.
 
Cultivo de flores

Nuestros primeros tulipanes

También con este sistema de la hucha, pero ya están recolectadas, son las calabazas. A finales de verano ponen en el mismo sitio de las flores unas estanterías repletas de calabazas de distintos tipos y tamaños. Nosotros no somos mucho de calabazas pero mola mucho ver las montañas de calabazas, es chulo.

Puesto de calabazas

Y las segunda opción de recolección son las fresas, fresas de verdad, no fresón. Justo detrás de casa hay un montón fincas de cultivo, y una de ellas es una huerta de fresas. Aquí la recolección es diferente, llegas a la caseta de la entrada, te pesan el recipiente que lleves y te dan un ticket para la salida restarte ese peso. Entras en la huerta y a buscar fresas rojas y bonitas. Es divertido, te pasas un buen rato cogiendo fresitas, aunque con el lomo un poco partido, luego las pagas y a casa a catarlas. La verdad es que estaban muy ricas, pero un poco caras, no es para ir todos los días.
 
 La caseta de la entrada

 Las líneas de fresas

 Fresitas aun verdes

 Nuestra recolección

 Manu pagando

Para coger las manzanas había que coger el coche, la finca está un poco perdida en un pueblo al oeste Munich. El sistema es como el de las fresas, pero aquí a parte de pesarte la caja para la recolección, tenías en la mesa una cata de todos los tipos de manzana que cultivaban, en torno a 7 u 8 tipos. Como he dicho antes esto de recoger manzanas es muy rural, la cata de las manzanas eran unos platos de plástico con una manzana entera y otra que podríamos decir que prácticamente acabada, con un cuchillo. Elegías cual querías probar, y te cortabas un trozo teniendo cuidado de no llegar a las pipas que ya estaban cerca. Sólo probé una. A mi las manzanas no me emocionan a no ser que sean en postre, así que directamente preguntamos cual era la apropiada para hacer apfelstrudel o tarta de manzana. El siguiente paso era coger una carretilla y a por las manzanas.
Cada cuatro líneas cambiaba el tipo de manzana, la nuestra era la última. Elegimos un pasillo y a por ellas. Estaban a tope los árboles, con diferentes tamaños y tonos de rojo, y claro, ¿cual coges...? pues como nos ha enseñado la industrialización del campo, la producción en masa y la selección por talla y perfección de la fruta para su venta, las elegidas eran las mas grandes bonitas y rojas. ¿Serían las mejores? pues no lo se, pero mi cerebro me impide coger una manzana con un lado amarillo, enana o con alguna protuberancia de crecimiento o parasitaria, no soy tan rural o tan moderno...

Entrada a la plantación
 
Allá que vamos

Nuestras futuras manzanas

Las menores siempre arriba

Nuestra carretilla

Y vuelta para casa

Luego volvías con tu caja te las pesaban y al coche. Cogimos como 30 manzanas, 25 de las de cocinar y 5 de comer que aun no hemos probado.
Nos hizo un día espectacular. Después de estar lloviendo toda la semana hacía un sol y un calorcito buenísimo, aunque el suelo estaba un poco mojado.

Ya en casa comenzamos la preparación de la compota y de la primera tarta.

 Mmmm que buena que estaba...

Con 12 manzanas nos ha dado para dos tartas que ya nos hemos comido. Hoy haré la segunda tanda que igual ya congelamos por eso de no aborrecer más aun a la pobre manzana.