viernes, 2 de noviembre de 2018

Japón día 8. Okinawa, acuario Churaumi

Hace nueve años publiqué en el blog un video que alguien subió a youtube. Era una de las primeras veces que escribía, y acompañaba el video con lo siguiente:

Okinawa Churaumi Aquarium. Espero que alguna vez podamos ir a bucear a Okinawa, una pequeña isla de Japón con unos arrecifes increibles, y ya de paso, tirarme un día entero viendo este pedazo acuario, el segundo más grande del mundo.

Ahora el video, por fin, lo he podido grabar yo.


No hemos podido bucear, ni me he tirado mirando el acuario durante el día entero, pero hemos tenido la suerte de poder venir a Okinawa y ver esta brutalidad que te deja sin palabras.

Por fin un día sin madrugar y sin tener que coger ningún medio de transporte, que gusto. Aunque nuestro pequeño despertador nunca da tregua...

Desde el apartamento en el que estamos se ve parte del recinto en el que se encuentra el acuario. En concreto el jardín botánico, que aun no lo hemos visitado. La zona es muy grande, tiene cosa gratuitas y otras de pago como el acuario y el botánico. Lo más curioso es que la zona de los manatíes y la de los delfines y las ballenas incluyendo los espectáculos son gratis, no necesitas pagar entrada para verlo.

Panorámica

Samu mirando los barcos pasar

Nosotros hemos empezado por el acuario. Después de buscar los ascensores para poder bajar con el carro, llegamos a la entrada principal, donde compramos las entradas. La primera sala era muy grande, a la derecha había unos acuarios para tocar. Lo típico, estrellas, pepinos de mar... Samu ha tocado una estrella de mar, y de regalo se ha empapado la manga de la camiseta... la verdad es que estaba incómodo para los tan pequeñines, era muy profundo, así que hemos seguido.

Entrada

Calentando motores

Samu tocando una estrella

A la izquierda de este hall, hay un acuario... el mejor que he visto en mi vida. Un acuario enoooorme con peces, corales duros, corales blandos ¡y todos reales! Que no suele ser así y menos en acuarios de este tamaño, espectacular. Un trozo de arrecife.

Ojalá pudiera tenerlo en casa

Mirando los corales

Después un pasillo con otro suuuper acuario, en este caso de solo peces. Increíble, con tres zonas para poder verlo entero, y una ella con cristal cóncavo espectacular.

Mirando los peces

Cristal cóncavo

Ya no podíamos aguantar más y fuimos directamente a ver el acuario de los tiburones ballena. Ellos y miles de animales más, mantas, rayas, tiburones nodriza, banco de barracudas, banco de jacks, no se, de todo. Sin palabras. Eso si, incomparable con encontrártelos cara a cara y nadar con ellos en el mar, eso es innegable, pero poder verlos con claridad y calma no tiene precio.


Tiburón ballena


Manta


Selfie diferente


Los dos tiburones ballena


Bancos de peces con buceador (Qué hay que estudiar para ser de esto?)


Toda la panorámica

Nada más pasar esta zona está el acuario de tiburones, y la verdad es que no se ni para que lo tienen. Está en un segundo plano total, no llama la atención, es solo un acuario más y eso que es muy grande y tiene muchos tiburones. Eso si la sala donde está tiene muchísimas explicación sobre los tiburones. Tiene una zona toca toca de las mandíbulas de los tiburones y alucinas lo que pinchan, me dan más miedo ahora después de tocarlo...

Toca toca mandíbulas

Llegaba la hora de los delfines que Samu estaba empezando a estar cansado de tanto pez. Vimos primero un espectáculo en el que los delfines se veían  debajo del agua e interactuaban con dos buceadores. Nos ha gustado mucho la verdad, ha sido corto pero muy chulo.

Espectáculo con buceadores

Y luego un poco más tarde fuimos a ver el espectáculo normal. Samu ha flipado le ha gustado mucho. Pero sin más, nada nuevo.


Samu viendo a los delfines

Por fin Samu se duerme la siesta y podemos dar un paseín para ver la playa, ir a la tienda de souvenirs del acuario y ver los acuarios pequeños que nos quedaban.

Por fin dormido

Playa parcialmente cerrada por los efectos de los tifones

Hermitaño con concha transparente

Anguilas de jardín

Envuélvamelo que me lo llevo

Sala de acuarios pequeños

Sello en la mano solo visible con luz azul  para poder volver a entrar al acuario cuando quisieras

Aseos del acuario. Con reductor para la taza y sillita en la pared para poder ir al baño con tu hijo. Tenemos mucho que aprender... y otras cosas que mejor no, que no todo es bueno.

De repente Samu se ha despertado de la siesta y ha sido un poco pesadilla. No sabíamos que quería, que no quería, si le pasaba algo... Otro pase de delfines le calmó un poco pero nada, no quería estar allí estaba atravesando. Así que hemos visto por última vez el acuario grande y nos hemos vuelto a casa a descansar.

Tiburón ballena comiendo

Última mirada

Ya luego ha vuelto a la normalidad. Creo que no tenía tantas ganas de ver el acuario como yo, jeje. Lo bueno es que aún nos queda el de Atlanta que es más grande aún, pero espero que sea antes de nueve años más.

Mañana será otro día y esperemos que Samuti haya reiniciado, que encima tenemos que coger coche...

1 comentario:

Alicia dijo...

Me encantan estas crónicas con los toques de Samu besos