miércoles, 18 de noviembre de 2015

Patagonia día 5. Ancud, Chiloé

Hoy ha sido día duro, hemos tenido que deshacer todo el camino que hicimos en coche los anteriores días y ha sido palizón. Las carreteras no son del todo buenas y entre esquivar socavones, los camiones, y los chilenos locos hay que ir muy atento y muy despacio y cansa mucho. Pero hemos visto sitios muy curiosos, unas poquitas iglesias y hasta hemos visto algún ratito el sol!

Nos hemos despertado pronto, el desayuno empezaba a las 8. Hemos bajado y ya estaba todo el resto de gente alojada zampando como buitres. Había pan casero integral de madre, de ese de semillas con mucha fibra, mermelada, aguacate, yogurt, fruta... Muy modernete al igual que hostel, para mi gusto, demasiado.


Hemos recogido todo, nos hemos montado en el coche y... A llover! Pero bueno hemos seguido con nuestro plan, nos hemos acercado al Parque Nacional de Chiloé y hemos esperado hasta que ha parado de llover. Hemos sido valientes y esta vez ha salido bien, no nos hemos mojado. El parque bueno, es muy pequeñito y con poco presupuesto pero es bonito. Hemos empezado a andar por un camino circular en el que un poco antes de la mitad había un mirador para ver el parque, pues bien, a mitad de camino hasta el mirador, ya no éramos sólo Manu y yo, ya éramos 8, se nos ha unido una manada de perros callejeros... Algo típico chileno... Bueno pues hemos llegado al mirador medio acojonadillos y nos hemos subido, y ahí que ha venido la manada entera. Por suerte el último tramo era perroinaccesible, pero por desgracia había un gato, así que se han puesto un poco nerviosetes y nosotros pues un poco también jejeje. Por suerte el líder de la manada que en este caso no era yo, si no el perro flaco negro, ha decidido que se iban a adelantar ellos para ir guiándonos, momento que hemos aprovechado para escapar en dirección contraria hacia la playa con la compañía de el perro tullido de la manada que se había quedado rezagado. Por suerte a mitad de camino ha preferido una mujer que nos cruzábamos como compañera.

 

Entrada al parque


Desde el mirador hacia el interior del parque

Desde el mirador hacia el Pacífico

Nuestra manada chilena


El camino de la playa es bastante chulo, discurre entre un bosque con árboles raros hasta llegar a otro mirador.

 

Primavera

Camino hacia la playa

Mirador

Y ya nos hemos vuelto al coche para comenzar a hacer kilómetros. Después de media hora hemos llegado a Huillinco que tiene un muelle mirador donde se ve todo el lago homónimo.

 

Muelle

Lago Huillinco

Más coche. Esta vez llegamos a Dalcahue a ver otra iglesia del recorrido. Por suerte también una feria de artesanía, la mejor que hemos visitado en Chiloé. No lo he dicho pero la lana de Chiloé y la talla de madera es la mejor de Chile o eso dicen porque la lana pica como cuerda de pita. Este pueblo nos ha gustado mucho, como que estaba todo muy ordenado. Pero el tiempo loco de esta zona nos seguía martirizando. Cada 10 minutos llovía seguido de otros 10 de sol, así todo el día, aún sigue así de hecho.

 

Feria de artesanía y ancla chilota

Interior de la feria de artesanía

Iglesia de Dalcahue

Ahora, a comer. El lugar elegido es el restaurante El Chejo en el pueblo Quemchi. No había carta, te decía lo que había y elegías. Nos hemos pedido una empanada de centolla y otra de camarón con queso, y de segundo chuletas de ternera yo, y merluza Manuela. Las empanadas sosas, eran más bien empanadillas, nos hemos dejado la mitad. Y luego lo otro estaba bueno, pero mis dos chuletas de unos 300gr cada una, estaban un poco duras, como recauchutadas. Y la merluza de Manu era una rodaja pues que sería como de dos kilos, no la merluza que poseía ese trozo, no, sólo esa rodaja, una barbaridad, para pescadores.

 

Restaurante

Comida hormonada
 
Como última parada antes de destino, teníamos otra iglesia, pero esta está en un sitio especial. No venía en las guías, la vi de casualidad el día anterior por internet. Se encuentra en una islita en Aucar. La isla se llama Isla de las Almas Navegantes. Para acceder a ella se atraviesa un puente de madera de casi un kilómetro sobre el mar. A parte de la iglesia, también hay un pequeño jardín botánico. El sitio es brutal, pero cuando hemos llegado, ¿qué ha pasado? Pues a diluviar. En el puente cuasikilométrico ya de vuelta, hacia un viento de los que te tienes que inclinar para contrarrestar. Tras pocos minutos hemos llegado al coche con todo el lado derech calado. Por suerte ya teníamos la ropa seca de la del día anterior.
 
Comienzo del puente de madera

La marea estaba baja

Viento brutal

Puerta de entrada a la isla

Iglesia de Aucar

Y por fin llegamos a Ancud. Hoy hemos bajado el nivel de alojamiento unas cuantas estrellas, pero por desgracia sin bajar el precio. De aquí en adelante empieza la locura de precios, llegamos a Patagonia... Nos hemos acomodado en nuestra habitación y nos hemos ido a dar una mini vuelta. Este sitio no tiene mucho encanto así que ha sido bien de rápida. Lo mejor, que podíamos llamar el culmen de la ruta de las iglesias de Chiloé, es un sitio donde tienen maquetas de todas, sólo la estructura de madera y la fachada. La verdad es que casi era mejor que ver las iglesias en vivo.
 
Centro de visitantes
 
Cartel de las iglesias

Frontal de una de las maquetas

Lateral de la maqueta

Y por hoy poco más, ahora cenaremos algo aquí que tenemos cocina y a dormir que mañana volvemos a de cruzar de nuevo a continente y ya despedirnos de Chiloé, pero bueno eso ya será mañana.

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