Hoy teníamos día de semidescanso, nos levantaríamos tranquilamente y luego nos iríamos a dar un paseo. Pero claro aquí amanece a las a las 5:30 y anochece a las 22:30, y como en casi todo el mundo no conocen las persianas, pues a las 8 yo ya estaba con los ojos como platos y Manu ha remoloneado hasta las 9 que nos hemos ido a desayunar.
Punta Arenas, como ya dije en otra entrada, está ubicada en el Estrecho de Magallanes, canal marítimo que une el Atlántico con el Pacífico y que evita tener que cruzar el temido Cabo de Hornos. También separa el continente de la isla grande de Tierra de Fuego. Además, Punta Arenas, también es la ciudad continental más austral de la tierra.
La verdad es que, a pesar de tener mucha historia, no tiene mucho que visitar, de echo, el lugar más turístico es el cementerio. Nosotros no sabemos valorar este tipo de turismo, hemos ido, pero sólo he hecho fotos a los árboles, no se, por respeto, da cosita.
Hay un mirador en lo alto de una colina, justo detrás de nuestro hostel. Se ve la parte céntrica de Punta Arenas, aunque es muchísimo más grande y el estrecho.
Otro punto de interés, la plaza de armas con la estatua de Magallanes y una sirena de dos colas que representa una el Pacífico y la otra el Atlántico. Los árboles en esta plaza y en toda la ciudad son impresionantes, enormes y perfectamente cuidados.
Y el último sitio que hemos ido y el más fotogénico, los antiguos muelles de carga construidos por los primeros conquistadores, ahora ya muy deteriorados, que sirven de solárium para gaviotas y cormoranes.
Cuarto de hora antes ya teñíamos nuestros billetes y ya estábamos sentaditos en el barco con ganas de surcar el estrecho. El viaje dura dos horas de ida, otras tantas de vuelta y una horita de estancia en la isla.
La verdad es que no es una excursión barata, y hasta que no llegas no sabes cómo va a ser o si va a haber pingüinos, pero según nos acercábamos... Va a ser que sí que hay jeje.
Los pingüinos van a su bola, haciendo su vida. Es raro, porque les ves y no parece que estén en libertad, pero realmente en este caso, ellos están en su hábitat y tú estás en la "jaula" sin poder salir del camino.
Son rechonchos, como macizos, torpes, perece que en lugar de plumas tienen chupa de cuero y cuando hacen su ruido parecen un poco como rebuznos. Te podrías pasar horas mirándoles, haciendo fotos y viéndoles nadar en la orilla, pero hay poquito tiempo, un poco de lluvia y bastante frío.
Se pasa muy rápido y cuando nos queremos dar cuenta estamos de vuelta hacia Punta Arenas que nos recibe con cielo medio despejado. Para terminar el día, unos noodles de cena y un atardecer desde la ventana.
2 comentarios:
Sigo diciendo..... Qué Molones!!!!
😊😁😁
Ueee me ha encantado el plan pingüinil! Tiene que ser muy chulo!
Manuela vaya cara de frío jeje
Publicar un comentario