sábado, 27 de octubre de 2018

Japón día 1. Vuelos

Y empieza el viaje. A las 7:50 ya estabamos en el autobús que nos llevaba hasta la T4, es el mismo que cogemos para recoger a Samu del cole pero en la otra dirección. En poco más de media hora llegamos al aeropuerto, la verdad es que muy cómodo y barato.
Facturado el equipaje y pasado el control sin contratiempos, vamos directos a la puerta de embarque a relajarnos. Hemos tenido la suerte de tener un tobogán justo delante, así que la espera se ha hecho corta.

Ya hemos facturado a Samu

En la jaula de seguridad

Toboganeando 

Ya en el avión hacia Helsinki, nos han dado una almohada y una mantita para Samu y ahí vamos, ya por la primera hora, alternando comida, patrulla canina y libros, todo perfect.

Ni los dibujos le entretienen ya

Pescando

Después de una escala sencilla y con una hamburguesa y unas papas en el cuerpo, nos disponemos a continuar nuestro viaje a Osaka. Hemos tenido que comer hamburguesas porque hemos tenido un fallo técnico de estos que tenemos desde que somos padres que son bastante graciosos y que nunca hubiéramos imaginado que nos pasaría a nosotros. Pues bien, Manu ha preparado unos sándwiches mixtos esta madrugada y los hemos metido en la bolsa de la comida. Cuando los hemos ido a sacar hemos visto que no tenían relleno, solo era pan, así que nuestros sándwiches están ahora en el congelador de casa, esperándonos a la vuelta y nosotros con pan que usaremos para algún desayuno... demasiadas cosas que preparar... y pocas horas de sueño...
Ahora mismo llevamos 7 horas de este último vuelo, una cosa es seguro, este viaje nos va a hacer más fuertes como padres. Samu se está portando muy bien, echa sonrisitas a las abuelas japonesas y al ratito las despierta con un gritito de los suyos, juega, ve la tele, nos maltrata y se tira unos cuescos mortales jejeje. Se ha dormido hace ya dos horas después de mucho pelear, ojalá aguante lo que queda de avión y el trajín de después para que no se descuadre mucho.
Llegaremos a Osaka a las 8:30 de la mañana, por supuesto nosotros, sin haber dormido nada. Tenemos que recoger maletas y carro, pasar control de pasaportes, buscar un banco para sacar dinero, comprar una tarjeta de internet y conseguir sacar nuestros primeros billetes de tren para ir a Kioto, que está a hora y media de Osaka, donde nos dormiremos una siestita bien maja.
Empieza la gynkana japonesa!!

Y por fin llegamos a Osaka y tenemos un atontamiento bien majo. El proceso de pasaportes y equipaje ha sido rápido a pesar de que había bastante gente. Lo primero, ya en suelo japonés, ha sido ir a la oficina de turismo a resolver dudas. Allí hemos comprado los billetes a Kyoto y nos han dicho donde sacar dinero. A la que íbamos al cajero, nos hemos topado con una zonita de máquinas expendedoras exclusivamente de tarjetas de datos móvil, así que hemos sacado dinero y nos hemos estrenado con este tipo de maquinas muy populares por todas partes.

Sin necesidad de hablar con nadie, así si.

En tren a la estación de Kyoto, unos 80 minutos y luego en metro cuatro paradas hasta nuestro hotel, en la zona del Palacio Imperial. La verdad es que por ahora todo está en inglés y es fácil moverse. Lo más difícil, hacer la compra, que ahí si que no hay traducciones, pero bueno, te puedes hacer una idea de lo que es.
Nuestro hotel está muy chulo, es bastante nuevo y todo con decoración muy Muji. Tiene unas zonas comunes con un comedor, una sala de estar y una cocina muy grande y muy bonita.
Nuestra habitación es de estilo japonés, futón sobre tatami, ducha bañera y el famoso váter con chorrillo, una experiencia curiosa todos los entornos.
Samu con el colchón en el suelo, sumado a su jet lag, se ha vuelto loco y se ha pasado dos horas de aquí para allá a tope y eso que la habitación es muy pequeña.

Samu gozándolo

Zonas comunes

Mientras esperábamos a la hora de entrada al hotel hemos aprovechado para ir al Templo Ginkakuji, el primero de muchos aquí en Kyoto, nos ha gustado, los jardines están muy cuidados, todo transmite una paz increíble, y eso que había gentecilla y un cole de niños corriendo por todos lados. Lo único que íbamos con el carro y no era muy apto para ello.

Zona de tiendas y restaurantes antes de entrar

Jardines

Laguito

Templo con Kyoto de fondo

Explorando

Sin carrito

Saliendo del templo

A las 18:00, Samu ha caído dormido sin previo aviso, ahora nos toca a nosotros, a ver si podemos descansar por fin.
Mañana más.   

No hay comentarios: