viernes, 25 de abril de 2025

Nueva York día 9. MET y vuelta

Se acabó el viaje, nos queda una última mañana y, después de comer, cogemos el transfer al aeropuerto. Yo aún tengo la esperanza de que haya overbooking y nos tengamos que quedar un par de días más.

Nuestro hotel, el edificio “bajito” gris oscuro, solo 15 plantas

Nuestra habitación

Desayunando

Sección gofreras del desayuno

Como el vuelo de las tías salía antes que el nuestro, les hemos acompañado a la estación de autobuses de Manhattan, donde salía su Uber al aeropuerto. Unos últimos transbordos locos del tren y metro y llegamos. No sé cuántas líneas de metro y transbordos hemos hecho, pero creo que no hemos repetido ninguno. Hay muchas líneas que hacen el mismo recorrido, unas exprés, otras normales. Hay muchas salidas a la calle en la misma parada y, cuando sales, vas desorientado, y eso que hay Google Maps. Un lío, pero divertido, salvo por tener que subir el carro de Álex por las escaleras casi siempre.

Al lado de la estación había un Five Below, una tienda de cosas baratas donde aproveché para comprar unas chuches para llevarme a casa, y Álex se compró una ardillita de peluche porque se ha quedado enamorado de las de verdad.

La idea ahora era ir al MET, Museo Metropolitano de Arte, pero al llegar, resultó que los miércoles está cerrado. Así que nada, de vuelta al hotel, comer la última hamburguesa y a esperar al transfer.

Arboleda llegando al museo

Fuente en el MET

MET cerrado, no éramos los únicos

Último paso por el Oculus

Nuestra estación de tren favorita

Última hamburguesa 

Y comienza la peor parte de los viajes: la vuelta a casa. Primero. El transfer, que sí, que es muy cómodo ir de puerta a puerta, pero es una incertidumbre lo que vas a tardar en esta ciudad… Una hora y 45 minutos de atascazo, un infierno. Llegamos al aeropuerto con tensión ya. 
Segundo. Facturamos maletas y una cola para pasaportes y control de equipajes… los trabajadores, antipatiquísimos. Pues en un espacio superreducido la cola daba mil vueltas, tipo cola de montaña rusa. Pasas pasaportes, eso bien, te hacen una foto y listo, y después otra cola igual para control de equipajes. Y aquí, caos: que si pasas por aquí, que si ahora no, ahora te gritan algo… Menos mal que la abuela se ha abierto paso y hemos podido empezar a poner las cosas en las bandejas para pasar el arco de seguridad. Ha sido terrible, un desastre. En fin, que como siempre, nos quejamos mucho de lo nuestro, y luego viajas un poco… y resulta que tenemos lo mejor…
Y por último. No hemos tenido ni que esperar para embarcar, estaban empezando ya a subir los VIPs y, con bebé, nos han dejado subir directamente.

Así que, por fin, ya estamos sentados en el avión volviendo a casa. Frío mortal como siempre e incertidumbre por cómo pasaremos la noche en el avión. ¿Se dormirán los niños? Llegamos a Madrid a las 7 de la mañana… a ver cómo se da… 
 
Chupachups para los oídos
 
Con funda de Shadow

Ya en casa, todo bien. Ahora, a gestionar el jet lag de tres niños… y, entre medias, el nuestro.

Hasta el próximo.

miércoles, 23 de abril de 2025

Nueva York día 8. West Side

Último día completo del viaje. Mañana ya nos toca volver. Aún nos queda por explorar la zona oeste de Manhattan. La verdad es que Nueva York es infinito; las zonas que hemos visitado no son ni el cinco por ciento de la ciudad. No me importaría quedarme unos días más, la verdad.

El día ha amanecido con bruma. En la tele del desayuno han mostrado unas imágenes de Manhattan con los rascacielos ocultos por la niebla. Pero, cuando hemos llegado, ya hacía un solazo. Tras un paseíto por la 14th Street hasta llegar a la orilla del río Hudson, encontramos Little Island, un parque construido sobre una isla artificial como atracción turística. 
Desde fuera es bonito, por su forma y por cómo se sostiene sobre pilares en el agua. Pero una vez dentro, recorriendo sus caminos, solo encuentras un pequeño mirador lleno de gente y un par de cosillas más. Casi no merece la pena subir. 

Pier 54

Desde al lado del mirador

Empire State de fondo

Little Island

Hacía bastante calor, así que nos pasamos por el muelle de al lado a tomar un almuerzo y, de paso, disfrutar de las vistas desde su terraza.

Los primos

Foto familiar

Justo desde ahí, subiendo unas escaleras, se accede a The High Line, una antigua vía de tren elevada que se ha reconvertido en un paseo muy chulo, con buenas vistas. Te lleva desde Little Island hasta el rascacielos The Edge.

Antiguas vías del tren

10th avenue

Entre árboles en flor

Superman está en la ciudad! 

Al final del High Line se llega a un centro comercial, donde hicimos una parada para comer una hamburguesa y un batido en un Shake Shack. 
Al terminar, compramos nuestras entradas para subir al mirador The Edge, en la planta 100 del edificio. Es una plataforma que sobresale, como un balcón gigante, rodeada completamente por una cristalera. Es peculiar porque los cristales llegan hasta el suelo y están inclinados hacia fuera del edificio, lo que da una sensación de vacío y da bastante cosita en la barriga.

Subiendo a la planta 100

World Trade Center de fondo

Esquina de The Edge

Empire State

Hudson y Central Park

Explorando sin miedo

Hay una zona con el suelo de cristal por donde puedes pasar viendo el vacío bajo tus pies.

Miedo y precaución 

 Tumbado en el vacío

Es curioso cómo, con la edad, me dan más respeto las alturas… aunque no me importaría venirme unos meses a hacer trabajos verticales en estas altísimas torres.
Al salir del edificio te encuentras con The Vessel, una estructura en forma de panal de abejas que parece una piña. Tiene 46 metros de altura y, desde hace poco, se puede subir a pie sus 16 pisos y 2.500 peldaños. Nosotros no lo hicimos.

The Vessel

Ya para terminar el día, nos acercamos a ver desde fuera el Intrepid Museum, un portaaviones militar reconvertido en museo, que se puede visitar por dentro y que también incluye un submarino, creo. Justo al lado, en la terminal de la 39th Street, cogimos un ferry que, en 20 minutos, nos dejó en Jersey City, cerquita de nuestro hotel. 

Intrepid Museum

Único sitio con vistas

Skyline desde el ferry

De camino hice una parada a comprar alguna cosilla para el viaje de mañana y para la cena de esta noche, nada cuatro cosas… Por si no se ve el ticket en la foto, han sido 42$… hay que ser muy rico para vivir en este lugar…

Precio de la compra

Y como era la ultima noche del viaje y aun no habíamos visto el skyline de Nueva York de noche, nos hemos acercado al Hudson, a 10 minutos del hotel a ver las luces nocturnas. Hoy iluminadas las azoteas de los rascacielos en verde por la celebración del día de la tierra

Panorámica 

Última foto de familia antes de la vuelta

World Trade Center de noche

martes, 22 de abril de 2025

Nueva York día 7: Midtown y Soho

Entre unas cosas y otras, hoy hemos bajado tarde a desayunar, pero aún quedaba más de hora y media para que terminara. Pues ya no había ni pan, ni pepitas de chocolate, ni huevos revueltos… Puede que fuera por ser lunes de Pascua o algo así, pero aún quedaba mucha gente por desayunar.

De nuevo a coger el tren con destino a la parada del Flatiron, igual que ayer. El primer objetivo: visitar el café de la serie Friends.

En el metro

Cafetería Central Perk

Foto fans

Seguimos bajando dirección sur de Manhattan hacia el Soho. Entramos en varias tiendecitas: de nuevo en la de Harry Potter, en la de Arc’teryx, en una de productos de papelería, otra que se llamaba Five Below (todo por menos de 5 $), en una juguetería, en una librería… así toda la mañana.

Después hemos ido al parque en Union Square Park. Al salir, hemos comido en un supermercado de comida preparada que había justo al lado.

Buscando ardillas 

Semiesfera deslizante en el parque

Dani disfrutando 

Comiendo en un Whole Foods

Por la tarde, más tiendas y paseo por el Soho. Una zona bastante diferente de lo que habíamos visto, con más edificios bajos y un aspecto un poco más sucio o viejo, pero con encanto.

Paseando por el Soho

Más paseos

Iglesia de Gracia

Estación de bomberos de los caza fantasmas

Para terminar el día, fuimos a otro parque en el muelle 26 y en el 25. Uno eran dos peces gigantes de madera con toboganes, zonas de escalada… un parque muy bonito y muy bien diseñado. Y al otro lado, un parque de estructuras de cuerdas, un muro de escalada y muchos columpios. Bastante más clásico, pero ya lo quisiera yo en Madrid, sobre todo por las vistas.

Parque de los peces

Vistas del One World

O vistas de Jersey City

Escalando

Columpiando

La vuelta la hicimos en ferry. No hay mejor manera de hacerlo: es cómodo, rápido, aunque un poco más caro que el metro, a mi me da como paz un poquito de barco entre tanto caos.

Vuelta al hotel en ferry