Antes de acostarme, preparé los bocadillos y la fruta para llevarnos al parque Astérix al día siguiente. Cuando estaba todo listo y mientras intentaba dormirme, pensé: bueno, en lugar de meter la comida en la mochila, la meto en una bolsa de plástico y así, si llueve, no se moja… o no, la meto en la mochila y, como el carro llevará el protector para la lluvia, si lo ponemos debajo en la cesta, tampoco se mojará. ¡¡PROTECTOR PARA LA LLUVIA!! Visualizando el orden del maletero antes de partir, la funda de lluvia para el carro no estaba en ningún lado… ¡se nos había olvidado! Vaya lío... Por suerte, al despertar volví a mirar la previsión de lluvias para ver como gestionábamos el día y, misteriosamente, ya no iba a llover en todo el día. Estaría nublado, eso sí, pero casi sin rastro de lluvia. ¡¡MILAGRO!! Llevaba 15 días diciendo la aplicación del tiempo que el miércoles 20 de agosto iba a llover y tan solo variaba un poco la cantidad de mmxm2 según se acercaba el día. Y al final... ¡¡MILAGRO!!
A las 7:45 sonó el despertador vital de Samu y de Dani y nos pusimos en marcha. Recogimos la habitación donde habíamos dormido (los cinco juntitos, la otra la dejamos de almacén), desayunamos un poco de las cositas que habíamos comprado y nos fuimos directos a la furgo. El parque Astérix estaba a solo 15 minutos del hotel donde nos alojábamos. Ese fue el único motivo para elegir este hotel en ese lugar tan peculiar donde estaba ubicado, una especie de pueblo muy creepy como en reconstrucción para intentar tapar una etapa de decadencia previa. Por suerte el siguiente hotel sería ya dentro del parque.
Al estar alojados en un hotel del complejo podíamos acceder al parque media hora antes que el resto de visitantes. Aparcamos en el hotel y, por un acceso solo para huéspedes y tras pasar un control de mochilas y el torno de validación de entrada, ya estábamos dentro, justo a las 9:30h. La primera impresión del parque es alucinante, está todo superbién tematizado, esculturas, edificios, atracciones, todo, superinmersivo.
El primer objetivo estaba claro: Samu y yo íbamos a una de las montañas rusas más fuertes del parque, Toutatis. Mientras Álex y Dani disfrutaban de un parque de juegos muy guay justo al lado. Nosotros pasamos directos a la atracción, no había nada de cola. Midieron a Samu y.... 132 cm!! Dos centímetros más de la altura necesaria para empezar a montarse en las atracciones de adultos!! Como había poquísima gente, pudimos elegir la fila para montarnos y decidimos locamente ir en primera fila, empezamos a lo grande. Y vaya si fue a lo grande, qué canteo de montaña rusa: una velocidad, una intensidad y una diversión brutales. Es una montaña rusa en la que no subes la típica cuesta y luego la bajas y tal, no. Aquí te lanzan a una velocidad brutal con un sistema de electroimanes en varios puntos del recorrido y entre medias, vueltas, marcha atrás, colinas, más vueltas... Yo temía que Samu saliera volando en cualquier momento, porque literalmente pasas más tiempo con el culo despegado del asiento que apoyado. Hay un momento en el que vas boca abajo durante dos segundos que es de locos, y es que la seguridad del vagón solo te agarra por las piernas, el tronco lo llevas libre. Es alucinante. Para mí, hasta ahora, la mejor atracción en la que me he montado con diferencia. Y creo que para Samu también: salió flipando, es un valiente. Y sí, esta sí que ha sido la primera montaña rusa que le ha hecho gritar, jejeje.
Después se subieron Samu y Manu a una tipo bobsleigh, sin raíles, y al terminar fuimos en busca de alguna para Dani. En ese momento el parque abrió para el público general y empezó a llegar más gente.
Mientras Manuela, Samu y Dani se subían a alguna atracción más, Álex y yo fuimos a un mini tiovivo en el que se podía montar solo pero que no disfrutó mucho. Después, una montaña rusa suavecita, para que Dani fuera subiendo su nivel de tolerancia poco a poco, y algunas atracciones más.
El rato antes de comer lo dedicamos a hacer atracciones para Álex: un barco, unas sillas voladoras, un trenecito y una de las estrellas, una mini atracción acuática de troncos que Álex repitió junto a su madre como cinco veces y Dani y Samu, infinitas.
A continuación fuimos a ver un espectáculo de saltos de trampolín a piscina. Muy espectacular, flipamos con los saltos y con la altura desde donde saltaban. Y luego más y más atracciones.
Segundo objetivo: montaña rusa OzIris. Una montaña rusa de las que vas con los pies colgando, que va a toda velocidad y hace mil loopings y tirabuzones. Lo que le gusta a Samu, vamos. Allá fuimos, pero justo cuando nos íbamos a montar, ya se nos abría la puerta para subirnos a los asientos… ohhh, se para por problemas técnicos. Decidimos esperar y, por suerte, en 10 minutillos estaba solucionado y nos pudimos montar. Era la primera atracción de este tipo en la que subíamos y nos gustó mucho. Muy intensa, sobre todo la primera bajada, pero luego iba muy suave y, aunque con muchas vueltas y mucha locura, la disfrutamos un montón. Tanto, que repetimos antes de cenar. En esta, Samu también gritó, jejeje.
Y más atracciones, y un cine en 4D, y más barquitas de agua para Álex, y más parques con toboganes, y más montañas rusas. Un no parar de verdad. Ya con bastante cansancio acumulado, tras 9 horas en el parque, nos tomamos un asqueroso granizado de colorinchis, y Manuela y Samu se volvieron a subir a Pegase Express. En esta atracción usamos por primera vez el servicio de Baby Switch: uno se queda con los niños que no se montan y el otro hace la fila normal, se monta, y cuando termina, hace cambio con el otro adulto, que entra por la fila rápida. Así solo espera uno la cola. Lo guay es que a Samu le dejaron montar con Manu y conmigo. Qué suertudo.
Luego descubrimos una especie de minirrápidos muy infantiles en los que Álex no paraba de reírse a carcajadas. Divertidísimo verle disfrutar con cada golpecito o giro que daba la barca. Mientras Dani y yo nos montábamos con él, Samu y Manuela se fueron a la montaña rusa de madera, Zeus. El WhatsApp que me mandó al salir resumía la atracción: “Acabamos de salir. Horror, casi muero”. Dicen que fue terrible, muchísimas vibraciones dolorosísimas, muchísima intensidad descontrolada, un truño, vaya. Les dejó con mal cuerpo. Ya sabéis, si algún día vais a Parque Astérix, ¡no os subáis por nada del mundo! Samu no levantó los brazos ni un segundo en toda la atracción, con eso lo digo todo.
A mí me apetecía repetir Toutatis. Al ser la primera que hicimos y en frío, ya se me había olvidado un poco. Así que mientras Dani montaba en los coches de choque como un conductor de la peli 2 Fast 2 Furious, para verle de verdad, Allí que nos fuimos Samu y yo, con el kebab recién comido mezclado con una pizca de nervios y un poco de miedito. Solo 10 minutos de fila y a volar. Brutal. No voy a decir más, ya está todo dicho en el primer viaje.
Y ya por último, tercer objetivo del día: otra montaña rusa, Cétautomatix. Esta montaña rusa se inauguró el lunes pasado, sí, hace solo tres días. En principio era para principios de verano, pero parece que decidieron esperar a que fuéramos nosotros a estrenarla. A falta de media hora para el cierre, el tiempo de espera era de solo 10 minutos. Durante el día no había bajado de 40 y ya pensábamos que no la íbamos a hacer, pero sí. Es que cuando un día sale perfecto... La montaña rusa bien, pero sin más. Veníamos de Toutatis y no tiene comparación. Pero bueno, divertida, con muchas vueltas y muy loca, un final perfecto para nuestro día de parque.
Los tiempos de espera durante todo el día fueron muy bajos. Creo que la máxima fila que hicimos fue de 15 minutos. Aunque había gente, se notaba que no era demasiada. Ahora en el hotel mirando en una página friki de parques de atracciones, he visto que la afluencia de hoy ha sido del 18% del aforo total del parque. El día anterior fue del 80% y el de hoy viernes del 81%. Gracias, previsión de lluvia, que al final no fue real, por despejarnos el parque.
Ha sido un día de parque perfecto: hicimos todas las atracciones que quisimos, no había casi nada de gente, no nos llovió, estuvo nublado y no nos torramos con el sol, y de temperatura se estaba fenomenal. Un lujo de verdad ha sido una pasada de día. 100% recomendable este parque para todas las edades, repetiremos seguro.
Luego nos fuimos a nuestro hotel que estaba a un paseín de 5 minutos a descansar. Fueron al final 13 horas de parque temático, estábamos muertos. El hotel muy bien la verdad, muy nuevo y muy bonito.
Mañana nos vamos para Bélgica!!
2 comentarios:
Os ha salido perfecto! Yo, para regocijo de Samu me he mareado solo de leerlo.
Por supuesto se subió en las sillas voladoras y recordó una vez más tu historia. También subimos Samu y yo a unas sillas voladoras que además te suben a 40 metros de altura de las que, ahora que Samu no me escucha, salí un poco tocado.
Publicar un comentario