Lo primero que hicimos fue ir al ayuntamiento y de allí ir por la calle peatonal más larga de Europa. Pues si, una calle peatonal larga, pero para mí sin ningún encanto. Tiendas pijas mezcladas con restaurantes semicallejeros, con tiendas cutres de souvenirs y una tienda Lego que debía ser la más pequeña del mundo, una decepción. Todo era como limpio pero sucio, como moderno pero casposo. Casi al final estaba el museo de los récord Guines, una cosa viejuna y cutronga, y eso que yo no entré, que me quedé con Álex en la calle porque no era accesible.
Al terminar nos fuimos a un parque a comer de picnic. Compramos comida en un súper en el que me quede encerrado en el torno de acceso con Álex en el carro durante unos minutos, buscamos una sombrita y ahí comimos tranquilamente.
Después una visita rápida al botánico de la ciudad que había un mariposario. No merece la pena, leímos que era el más grande de no se que, como siempre, pero nada otra decepción.
Parada en una pastelería para ir al baño y de paso comprar algún dulcecito y luego entramos en un Tiger (que son de aquí). Es una sensación indescriptible el entrar en un Tiger en Copenhague, los mismos productos que en las tiendas de Madrid pero costando el doble o el triple…
Son la 5 de la tarde y ya está todo cerrado, no se puede ya hacer nada. Todas las tiendas, los museos… solo queda subir a la torre de que cerraba en breve y para el hostel. Es una antigua torre de observación que se sube media te una cuesta en espiral muy chula. Llegas a lo alto y tiene unas buenas vistas de la ciudad.
Y ya de vuelta. Unos futbolines antes de hacer la cena en la cocina del hostel junto a un par de chicas que era la primera vez que cocinaban algo en su vida y a dormir.
El día ha estado bien, hemos dado un buen paseo, el barco lo hemos disfrutado y nos hemos tomado un helado en el parque de una bola al precio de tres.
No hemos podido hacer mucho turismo, ni hemos ido a la periferia a ver cositas, yo creo que esta ciudad tendrá más rincones ocultos que no hayamos descubierto, pero nuestra valoración en el ranking de ciudades europeas no queda de las primeras ni mucho menos.
Yo me esperaba una ciudad moderna, ordenada, minimalista, limpia, cómoda, sin tanta gente, pero no, ha sido una decepción. Esto unido al tema precio de las cosas no compensa para nada relación placer-gasto. Yo entiendo que aquí la gente gana mucha pasta y las cosas tienen que ser caras porque los sueldos son más altos y patatín patatán, pero no se, es desproporcionado. Así vienen luego a España y flipan con nuestros precios y se jubilan allí…
No hay comentarios:
Publicar un comentario