miércoles, 16 de abril de 2025

Nueva York día 1. Un dia de 30 horas

Después de muchos meses de preparativos, estamos a punto de empezar nuestro viajazo de Semana Santa. El padre de Manu cumplió 70 años y, para celebrarlo, vamos a hacer realidad uno de sus sueños: ir de viaje en familia a Nueva York. Vamos abuelos, hijas, nietos y yernos: 7 adultos, 2 niños y 2 bebés.

Nuestro día interminable arranca temprano. El vuelo salía a las 10:25, pero, como es un viaje a Estados Unidos, recomiendan ir con mucho tiempo de antelación.

Los días previos dudábamos sobre cómo llegar al aeropuerto. Pedí precio de una furgotaxi con sillitas, un Uber familiar y de los aparcamientos en el aeropuerto, pero nada, todo carísimo. Al final hemos optado por la opción más barata, pero también la más arriesgada: el autobús 828.

Este autobús pasa justo por debajo de nuestra casa y tiene parada en la T4, pero tiene un horario loco. Varían los tiempos de paso dependiendo de si es laborable o no, si es lectivo o no… a unas horas pasa cada dos horas, a otras cada 20 minutos… un lío, vaya. Pero bueno, parecía que ese día iba a pasar. Por suerte era el primero de la mañana, así que a las 6:25 estábamos ya en la parada, cruzando los dedos para que le apeteciera parar. Después de 15 minutos y menos de 3 € en total, ya estábamos rumbo al aeropuerto, y a las 7:00 ya estábamos allí y nos unimos a los abuelos.

Esperando al 828

Ya en el aeropuerto, todo han sido facilidades: nos han dejado facturar por la fila de priority y pasar el control de seguridad y el de pasaportes por la línea de familias.

Nuestro avión

Jugando en un parque

Parque al lado de la puerta de embarque 

Tomando un desayunito

Marta venía de Barcelona a Madrid para coger el mismo vuelo a Nueva York que nosotros, pero, por algún problema técnico, ha salido con retraso. Un poco de tensión siempre está bien. Al final, ni tan mal, porque ha llegado a tiempo y la han subido a turista premium.

Y poco más, Manu ha conseguido que nos dejaran entrar en el avión justo después de los que iban en sillas de ruedas, así que ha sido un embarque muy cómodo. Hemos podido gestionar bien todo y sentarnos sin agobios.

Samu y Dani, flipados con sus pantallas personales y sus nuevos auriculares de gamers. Samu ha visto Harry Potter 5 y Dani Sonic 3. Y Álex, por su parte, nada más despegar, con el traqueteo del avión ascendiendo, se ha quedado dormido.

Dormido en tiempo récord

Dani primera peli

Samu y al fondo Manuela

Felicidad máxima

La comida, muy mediocre tirando a mala, pero un ratito después nos han repartido un heladito de chocolate riquísimo. Una merienda un poco rara, porque en el avión debe de hacer -10 grados… no pegaba mucho. Ya no me acordaba de la tortura térmica de los vuelos; menos mal que yo siempre voy abrigado.

Ya hemos pasado la mitad del viaje. Por ahora los ánimos van bien. Ahora mismo Dani está con Marta en los asientos gigantes, Samu a mi lado viendo Transformers… y Álex, torturando a su madre, que no la deja un segundo en paz. Se lo está pasando en grande, malcomiendo y viendo alguna cosa en la pantalla.

Llegando

Sigue feliz

Última peli

El vuelo fue muy bien, al final un poco largo, pero, aunque no pudimos descansar mucho, los chicos se portaron muy bien. No hubo conflictos y pasó rápido.

Al aterrizar dejamos salir a todo el mundo para no pasar agobios. Lo malo de hacer esto es que tienes que esperar a que todo el avión pase por la aduana antes que tú. Pero Manuela tenía un plan, un truco de Instagram: descargarse una aplicación, rellenar los datos y hacer unas fotos a las caras y a los pasaportes y, con eso, poder pasar por otra fila y adelantar a todos. Y eso hicimos. Aunque el proceso de escaneo de huellas y sellado del pasaporte es largo y tedioso, lo hicimos bastante ágilmente.

Solo nos faltaban dos integrantes de la familia: Carmen y Jorge, que venían desde Alemania. Cambiamos de terminal para ir a su encuentro en un metro autónomo que recorre las terminales. Muy feo el aeropuerto.

Cambio de terminal

Por desgracia, los alemanes no pudieron hacer el truqui de la app y los pobres tuvieron que comerse la cola infernal de casi dos horas de aduana. Pero por fin ya estábamos todos ¡y en Nueva York!

Nos esperaba un transfer para llevarnos al hotel en Jersey City y también el primer atascazo neoyorquino: casi dos horas tardamos. Por el camino ya pudimos ir viendo el skyline de Nueva York.

Ya se ve Nueva York

En el transfer

Los niños se durmieron en el trayecto, pero se despertaron al llegar. Un poco de caos para organizarnos al bajar, pero la verdad es que el check-in del hotel fue súper rápido. Nos subimos a la habitación en la planta 15 (creo que es la planta más alta en la que he dormido), y ya fue un poco desmadre. Mucho cansancio, alguna pelea entre hermanos, un poco más de tele para calmar el ambiente, una cena rápida y ya fueron cayendo uno tras otro dormidos: Álex a las 18:00, Samu a las 19:00 y Dani a las 20:00.

Nuestro hotel

Cansadísimos

Anocheciendo desde la planta 15

1 comentario:

Ana dijo...

Ay, que no sabía que al final habías escrito!!!!
Llego un poco tarde, pero así me lo leo de una sentada!