Cuando salimos de la primera inmersión volvimos a puerto a cambiar las botellas. Los viajes en la barca de hoy han sido un poco duros, las pocas olas que había al chocar contra la barca salían rebotadas y nos impactaban a nosotros, un picor de ojos... un poco rollo la verdad.
Hoy era un día de buceo especial, era el cumple de Javi y, para esta segunda inmersión, le habíamos preparado un regalito para dárselo debajo del agua, lástima que al salir de la primera le ha dado un dolorcillo de cabeza y no ha podido disfrutarlo tanto.
Después de que se tiraran todos al agua, yo aun estaba en la barca equipandome, nada raro, siempre me quedo de los últimos, pero esta vez era un poco forzado, Jessy tenía que pasarme el regalo de Javi que nos había guardado ella para que no lo viera. Lo guardé en el bolsillo del chaleco y al agua.
Hoy era un día de buceo especial, era el cumple de Javi y, para esta segunda inmersión, le habíamos preparado un regalito para dárselo debajo del agua, lástima que al salir de la primera le ha dado un dolorcillo de cabeza y no ha podido disfrutarlo tanto.
Después de que se tiraran todos al agua, yo aun estaba en la barca equipandome, nada raro, siempre me quedo de los últimos, pero esta vez era un poco forzado, Jessy tenía que pasarme el regalo de Javi que nos había guardado ella para que no lo viera. Lo guardé en el bolsillo del chaleco y al agua.
Esta inmersión era en la Punta Garbí, pero en lugar de ir para la derecha nos fuimos a la izquierda, hacia el embarcadero. En esta zona no hay casi nada de vida, de hecho, hay mas neumáticos de coche y de camión que otra cosa jeje. Pero bueno, tuvimos la suerte de ver una vaquita suiza que pastaba solitaria, y esto para mi, ya compensa la inmersión.
A media inmersión, en medio del arenal, llamamos a Javi para darle el regalo. Se lo dimos, lo abrió y saludó a la cámara. La verdad es que fue un momento un poco inexpresivo. Entre el regulador en la boca y los ojos ojerosos que te hacen las gafas de buceo, no da la sensación de felicidad jejeje. Eso, sumado al dolor terrible de cabeza de Javi y que le estaba entrando agua en la gafa... Igual no fue el mejor momento, pero estuvo gracioso, original por lo menos.
Después de 45 minutos de inmersión, una chica entró en reserva y subimos a superficie. Estábamos lejísimos del barco, así que nos tocó aletear en superficie, un rollete.
Cuando todos estábamos ya en la barca Jessy comenzó a cantar cumpleaños feliz y todos le seguimos mientras Javi se moría de vergüenza y le aumentaba el dolor de cabeza.
Ha sido un día agotador. Después de comer en Benidorm nos volvimos a Los Arenales del Sol, y nada más llegar, nos echamos un buen siestón para recuperarnos.
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