El domingo pasado teníamos planeado ir a montar en bici, Manu y yo, pero no encontraba ningún sitio con una ruta fácil que tuviera sombrita. Como además nos levantamos tarde, se me ocurrió en el último momento que podíamos ir a Los Molinos.
Cuando éramos pequeños íbamos a pasar algún fin de semana allí, a casa de mis abuelos. Allí montábamos en bici, dábamos paseítos, jugábamos e íbamos a comprar gominolas a Nieves.
La verdad es que no tengo demasiados recuerdos, la memoria se la llevó toda mi hermana, pero lo que si que si recuerdo bien eran las bicis de cuando éramos pequeños y, sobre todo, todas las caídas que he tenido. Siempre he sido poco hábil (esto no se lo llevo mi hermana tampoco, jejeje). Recuerdo lo dolorosas que eran las heridas cuando nos caíamos y nos súper raspábamos las rodillas. También fue aquí, cuando tenía 15 o 16 años, donde me rompí la clavícula montando en bici, una gran historia jejeje.
La ruta en cuestión, era un clásico cuando íbamos a Los Molinos, ir a ver la Ermita de la Virgen del Espino, y ya de paso recoger unas cuantas moras silvestres para que mi madre hiciera su deliciosa mermelada, mmmm.
La ruta la empezamos en la urbanización, un poquito de asfalto hasta pasar el cementerio y luego una subidita constante con un repecho al final que sube hasta la ermita. Desde aquí ya es todo bajada salvo algún repechito corto hasta llegar al pueblo. Luego pasamos por casa de mis tíos para ver si estaban y fin de la ruta. Son solo 10 km de ruta pero tiene unas buenas vistas de la sierra y pasas por el pueblo que, aunque este un poco masificado de adosados, está chulo.
Este año, casi seguro que vamos a las fiestas y a coger moras... jejeje
Ermita de la Virgen del Espino, y Siete Picos de fondo |
Manu descansando a la puerta de la Ermita |
Mi hermana Marta y yo hace unos cuantos añitos (foto de archivo) |
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