Hace unas semanas, poco después de caerme y hacerme daño en la muñeca, en uno de mis blogs de rutas de bici pusieron una nueva ruta que transcurría por esta zona a la que vamos hoy. Iba a ser una de nuestras próximas rutas para hacer, pero por desgracia el dolorcito que tenía en la muñeca era realmente una fractura de escafoides (mañana hago mi primer mes de escayola y tengo médico para que me den los resultados del TAC, cruzaremos los dedos).
El otro día se me ocurrió que ya que no puedo hacer demasiado deporte, íbamos a aprovechar el domingo para ir a ver estas erosiones en el terreno llamadas cárcavas.
Nos vinieron a buscar Javi e Inés a casa sobre las 12:30 y pusimos rumbo hacia Patones de Arriba, nuestra primera parada. De camino llamamos a reservar para comer en un sitio que había buscado por internet, tenía buena pinta y parecía ser barato para lo que suele ser normal en este pueblo.
Llegamos a Patones y seguimos por la carreterita estrecha con curvas que va hacia Patones de Arriba. Bajaban muchos coches y la carretera es muy estrecha y hay que estar parando cada dos por tres para dejar pasar y no chocar los retrovisores. Ya casi al final se armó el atasco padre, ya no había hueco para aparcar y había mucho inútil. Por suerte Javi maniobró ágilmente y pudo dar la vuelta y aparcar en un lado de la carretera que habíamos visto un poquito mas abajo. Aparcamos y anduvimos nada, 5 minutitos y estábamos ya en el pueblo.Nos vinieron a buscar Javi e Inés a casa sobre las 12:30 y pusimos rumbo hacia Patones de Arriba, nuestra primera parada. De camino llamamos a reservar para comer en un sitio que había buscado por internet, tenía buena pinta y parecía ser barato para lo que suele ser normal en este pueblo.
Una vueltecita por las cuestas y callejones de Patones de Arriba y a tomar una cocacolita y a comer a nuestro restaurante. Es el primero que hay nada mas llegar al pueblo, se llama El Chiscon. Un sitio pequeñito con una pequeña terracita donde comimos nosotros. Hacía un solecito primaveral perfecto, nos sentamos, pedimos y a disfrutar, jeje. Pedimos una de migas, una de patatas revolconas, una de croquetas al cabrales y de jamón, una ensalada mixta, un chuletón y un solomillo al cabrales, de beber cuatro cocacolas y dos botellas de agua y de postre un trocito de tarta de queso, total: Comilona por 18 € por persona, bastante barato, todo exquisito y un sitio muy agradable, súper recomendable.
Después de ponernos gordos y un poco rojos por el sol, tocaba dar un paseíto para bajarlo. Cogimos el coche y fuimos hasta el Pontón de la Oliva, aparcamos, nos pusimos el vestuario montañero y para arriba. La rutita era corta, unos 2,5 km de ida y otros tantos de vuelta, pero había que subir 220 m de desnivel, vamos que nos esperaba una cuestecita un poco empinada, y así fue.
Con el chuletón aun en la boca del estómago logramos llegar a nuestro destino final y pudimos seguir disfrutando del solecito y de la brisita que soplaba mientras admirábamos los pináculos espectaculares que se han formado por la erosión en esta zona.
Un ratito viendo las vistas y vuelta, cocacola en el bar de al lado de la presa del Pontón de la Oliva y para casa para no pillar atasco.
En resumen, nos ha gustado mucho la excursión dominguerilla que hemos hecho. Es una zona que desconocía, la de las cárcavas, a pesar de haber ido unas cuantas veces a esta zona, a escalar o a la cueva del Reguerillo a hacer espeleología. Merece la pena ir a verlo, y a dar una vuelta por la zona, lo que nos ha faltado ha sido bajar al cañón para hacer un tramo por abajo de las cárcavas, pero bueno, volveremos algún día.
En resumen, nos ha gustado mucho la excursión dominguerilla que hemos hecho. Es una zona que desconocía, la de las cárcavas, a pesar de haber ido unas cuantas veces a esta zona, a escalar o a la cueva del Reguerillo a hacer espeleología. Merece la pena ir a verlo, y a dar una vuelta por la zona, lo que nos ha faltado ha sido bajar al cañón para hacer un tramo por abajo de las cárcavas, pero bueno, volveremos algún día.
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