Otro desayuno bufet para comenzar el día, ya el último por ahora que luego vamos a un par de apartamentos y no está incluido. Empezar el día sin esfuerzo por preparar desayuno es un placer que a mi me hace empezar con más ganas.
Primer tramo del día. Vamos a ir por una carretera que va subiendo por las orillas del Lago de Garda hasta Riva del Garda. El camino es muy chulo, siempre con vistas al lago, pasando por pueblitos bonitos y transitando por una carretera pequeñita tranquila con poco tráfico para toda la cantidad de gente que hay en Agosto en esta zona de Italia.
Llegamos al norte del lago y decidimos ir a ver unas cascadas, Cascate del Varone, que hay en unas cuevas en el pueblo de Varone. Había mucha gente en todos lados, así que me bajé de la furgo con Álex para hacer cola y el resto de la familia fue a pelearse por encontrar un sitio para aparcar. Después de un buen rato volvimos a juntarnos, compramos las entradas y empezamos la visita. Mientras hacía cola con Álex veía a la gente que salía bastante mojada. Pregunté a un par de persona si mojaba mucho y me contestaron que sí. La verdad es que no pensaba que fuera a ser para tanto, si que recomendaban ir con chubasquero y tal, pero me parecía exagerado. Manuela traía protección para todos menos para mi que me había hecho el valiente, pero al oír eso decidí coger un pocho de esos de parque de atracciones por suerte a un precio decente de 2€. Maaadre mía si hacía falta…
La pasarela se iba adentrando poco a poco y cada vez había más agua en el ambiente en suspensión hasta que llegabas a un mirador justo al lado de la cascada en su zona más baja y ahí te empapabas, muchas risas para unos y un poco de miedo para otros.
Y ya poco más, nos secamos, fuimos al baño, alegramos a una familia que aparco en nuestro sitio del aparcamiento y nos bajamos ahora sí a Riva del Garda para ir a comer y pasar un rato en una de las playas del lago.
Una playa de piedras con unas vistas muy bonitas al lago y con una temperatura agradable, eso si, muchísima gente por todas partes. Nos hicimos un hueco en primera línea como buenos veraneantes del levante español y ahí que estuvimos disfrutando un par de horas antes de emprender de nuevo nuestro viaje.
A pesar de la nubes se estaba muy bien
Mientras haya piedras hay felicidad
Siguiente destino, lago de Carezza. De camino a Canazei lugar donde dormiríamos las siguientes dos noches, se encuentra el lago de Carezza, unos de los más bonitos de Dolomitas. Habíamos planeado visitarlo por la tarde porque había menos gente y estaría todo más tranquilo y con mejor luz para disfrutarlo. Y así fue, ya había muy poca gente y se estaba de maravilla.
Está todo muy bien montado, hay un aparcamiento muy grande y un poco más abajo, unos puestos de comidas y unos baños, y todo esto conectado por un túnel subterráneo con el lago. Mola que cuando llegas al lago a través del túnel no ves nada que no sea naturaleza. En la zona del aparcamiento hay un puente colgante bastante largo y alto sobre el río, muy chulo.
Túnel rumbo al lago de Carezza
Cuando sales del túnel llegas casi directamente al lago y ves una de las postales más perfectas que vimos. Un lago de colores alucinantes, detrás un bosque y al fondo montañas, una paz…
Dimos la vuelta completa al lago, unos 30 minutos, picoteamos una meriendilla y volvimos para la furgo. Una magnífica forma de empezar con nuestra visita por Dolomitas.
Esto te encuentras al salir del túnel
No nos quedaba mucho para llegar, una carretera de curvas con unos
paisajes espectaculares. Aquí pudimos comprobar que es una zona de esquí
muy importante, son todo pueblos dedicados al esquí pero que aprovechan también para el verano, muchos apartamentos y muchos servicios.
Ya en nuestro destino final, un apartamento muy agradable todo decorado con madera, muy del Tirol, solo nos quedó ir a cenar e irnos a la camita pronto, que mañana comenzaríamos a explorar Los Dolomitas con nuestra primera ruta.
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